TIPS PARA EL CUIDADO DEL ADULTO MAYOR

Tips para el cuidado del adulto mayor durante la hora del baño

A medida que los problemas de memoria progresan, las personas suelen desarrollar dificultades con las tareas de la vida diaria, una de ellas el baño. En las etapas más avanzadas de la enfermedad, las personas se resisten a cualquier tipo de asistencia que involucre el contacto físico. En ocasiones en la higiene personal la persona puede ser agresiva, el cuidador debe entender que esta reacción no es deliberada.

• No introducir aparatos eléctricos en el cuarto de baño.
• Guardar el secador y la maquinilla de afeitar y hacer que los use solamente cuando el cuidador esté delante.
• Usar alfombras antideslizantes en el interior del baño.
• Colocar sujetador para ayudarle a que se meta en la regadera. No dejar que la persona entre y salga solo de la regadera.
• Procurar que las llaves de agua caliente y fría estén bien identificadas, ya que por lo general las personas con Alzheimer o demencia tienen disminuida la sensibilidad, por lo que aumenta el riesgo de producirse quemaduras.
• Sillas geriátricas para el interior de la regadera, que permiten sentarse si la persona se cansa o para lavarse los pies. Si no se tiene esa posibilidad, puede servir un taburete de plástico no muy alto y que mantenga la estabilidad dentro de la regadera.
• Si la persona ya no es capaz de entrar en la regadera, se le puede asear de pie apoyado en el lavabo o en la cama según su grado de deterioro general. Para ello, conviene preguntar a un especialista cómo se realiza esta técnica.
• Además de respetar al máximo la intimidad de la persona, hay que tener en cuenta sus hábitos higiénicos, es decir, cuándo se afeitaban, cuántas veces a la semana se aseaban, si lo hacían por la mañana o por la noche.
• Resulta beneficioso hacer del baño un momento relajante y lúdico, por lo que se puede poner música suave, de su época y dejarle que juegue en el agua.
• No discutir con la persona la necesidad de bañarse si no quiere hacerlo. Es mejor espera un rato y volver a intentarlo en otra ocasión. Para animarle, conviene reforzar su imagen: decirle lo guapo o lo limpio que y motivarlo.
• Aprovechar el momento del baño para observar el estado de la piel en busca de heridas, enrojecimientos y hematomas.
• Ayudarle a secarse bien, sobre todo los pliegues cutáneos, como las ingles, las axilas, los pliegues entre los dedos y debajo del pecho.
• Invitarle a colocarse delante de un espejo para que termine de arreglarse.

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